Archivo de la categoría: Intolerancias alimentarias
Las intolerancias alimentarias y las alergias causadas por los alimentos cada día preocupan en mayor grado a la población.
Dentro de esta categoría te vamos a dar todo la información sobre ellas:
por ejemplo,
alimentos que las producen, qué son, síntomas, cómo se diagnostican , dietas a seguir,etc..
Además es importante seguir unas pautas nutricionales o dietas especiales.
Las alergias e intolerancias alimentarias afectan a muchos miles de personas.
¿Cómo saber si es alergia o intolerancia?
Las intolerancias alimentarias o alimentícias son reacciones adversas del organismo hacia ciertos alimentos que no son digeridos o asimilados de forma completa o parcial.
En el caso de las alergias el sistema inmune falla y reconoce algo que no es nocivo, es decir un alimento, como si realmente fuese dañino.
En cambio, en el otro caso, la ingestión del alimento provoca algún tipo de alteración digestiva.
Por lo tanto, es importante conocer si tenemos algún tipo de alergia o intolerancia y saber qué alimentos podemos comer y cuáles no.
ALIMENTOS CON PROLINA, EL AMINOÁCIDO DE LA DEPRESIÓN?
Los alimentos con prolina, que contienen este aminoácido,parecen tener efectos secundarios y estar asociados a la depresión.
Hoy te explicamos cuáles son!
Una dieta rica en alimentos con prolina se asocia con una mayor tendencia a tener depresión.
Según un estudio científico, del que hablamos más adelante, es un aminoácido que influye en el estado depresivo de los seres vivos.
Estos son los alimentos ricos en prolina, un aminoácido asociado con la depresión:
Carnes como las de cerdo y ternera, pollo, pavo
Pescados del tipo de la sardina, mero, salmón, y atún;
Los lácteos y los huevos y
Ciertas hortalizas y vegetales como las judías, guisantes, zanahorias y el pepino.
Por tanto, la prolina se encuentra en alimentos de origen animal como carnes, pescados, lácteos y huevos.
Sin embargo, también se puede encontrar en alimentos de origen vegetal como:
legumbres, semillas, cereales integrales, frutas, frutos secos y vegetales ricos en vitamina C.
¿QUÉ ES LA PROLINA?
Pero, ¿qué es exactamente la prolina?
Es un aminoácido que no es esencial en la alimentación humana y animal, pero es un componente de la mayoría de proteínas.
Ejerce un papel esencial en la síntesis de proteínas, en particular, en la síntesis del colágeno.
El colágeno es esencial para mantener la estructura y la fuerza de los tejidos conectivos como el hueso, la piel, el cartílago y los vasos sanguíneos.
Está presente en los alimentos para prevenir la osteoporosis.
El aminoácido relacionado con la depresión está presente en muchos alimentos comunes, de los que comemos habitualmente.
Así, una dieta rica en alimentos como el salmón, la sardina o el atún; carne de pollo, pavo, cerdo o ternera; lácteos y huevos o vegetales como las zanahorias, los guisantes, el pepino o las judías.
se asocia con una mayor tendencia a tener depresión!
En cuanto a la salud mental también parece que existe cierta relación con una buena alimentación.
En los últimos años se han empezado a evaluar algunas comidas o patrones que:
intentan establecer relaciones que ayuden a superar o provoquen ciertas patologías.
UN ESTUDIO VINCULA PROLINA CON DEPRESIÓN
Un estudio científico ha confirmado la relación entre un aminoácido presente en muchos alimentos, alimentos con prolina, y la depresión.
una relación que podría ayudar en gran medida a las investigaciones contra la depresión.
Según la reciente investigación presentada en la revista “Cell Metabolism”:
parece existir una relación entre este problema y la prolina, un aminoácido presente en muchos alimentos.
Por lo que se explica en este estudio, publicado en ‘Cell Metabolism’:
una dieta rica en esta sustancia se asocia con una mayor tendencia a tener depresión.
Así, este aminoácido tendría una influencia clave en el estado anímico de las personas.
Se analizaban la cantidad y el tipo de aminoácidos que habían ingerido éstos para poder:
adivinar qué alimentos o sustancias podían estar detrás de los comportamientos depresivos.
Así, mediante una prueba de plasma realizada a los analizados, se logró descubrir que:
la prolina era uno de los indicadores asociados a la depresión.
Como no todo el mundo que tenía un alto consumo de prolina afirmaba tener un ánimo más depresivo en el cuestionario facilitado por el estudio:
también se observó una relación entre la depresión y la composición de la macrobiota intestinal:
las bacterias y los genes bacterianos asociados al metabolismo de la prolina.
Para saber si la presencia de prolina era causa o consecuencia del ánimo depresivo, se trasplantó la microbiota de los participantes a ratones.
Los roedores con mayor estado depresivo eran los que habían recibido la microbiota de participantes con un alto nivel de prolina.
Se analizaron los cerebros de los ratones, para encontrar genes asociados al transporte de prolina.
Y se realizó un experimento para evaluar las ganas de superar dificultades de moscas de la fruta como indicador de la depresión.
ALIMENTOS CON PROLINA:PRESENTES EN LA DIETA
Una vez descubierto este aminoácido que podría cambiar los estudios sobre la depresión, cabe destacar que está presente en muchos alimentos de consumo casual.
Así, según los investigadores, se podría avanzar mucho en:
la investigación contra la depresión gracias a que el aminoácido puede encontrarse en muchos alimentos comunes.
Éste lo podemos encontrar, como hemos visto al inicio del artículo, en:
carnes como el pollo, cerdo o ternera y pescados como la sardina, el salmón y el atún.
Además, la prolina también destaca en huevos y lácteos o en vegetales como las zanahorias.
Esta investigación realizada abre la puerta en un futuro en el campo científico de la salud y la nutrición a:
plantear estudios para encontrar nuevos tratamientos contra la depresión basados en la dieta y en los alimentos con prolina o sin.
Ya podéis ver la intervención de El Nutricionista en Casa en TV!!!
El fundador y creador de este blog-web sobre alimentación saludable, Càstor Bayo, fue contactado para intervenir en uno de los programas.
Mediante un mail se le preguntó si estaría dispuesto a grabar un programa sobre beneficios de algún alimento que se emitiría en el magazine de fin de semana de la cadena.
Càstor aceptó gustosamente la invitación a intervenir en el programa.
Y sin recibir gratificación económica alguna, rodó su intervención en la cocina de la galería gastronómica en barcelona de un gran amigo y chef.
Hasta allí se desplazó el equipo técnico audiovisual de la cadena de televisión catalana La Xarxa, que reúne a la gran mayoría de las televisiones locales de Cataluña.
Aquí tenéis el link, para hacer click en el vídeo de la sección Foodies dentro del programa de televisión 1món.cat!:
Dentro de esta sección dedicada a expertos de la nutrición y la gastronomía, y que es la de mayor éxito dentro del programa de fin de semana especial de 1món.cat se filmó:
«Los poderes de la lecitina de soja», donde el protagonista es el Nutricionista en Casa, Càstor Bayo.
Alimentos con aceite de palma o productos que contienen éste son desaconsejables. Explicamos dónde lo encontramos y qué tiene de malo.
¿Por qué es malo el aceite de palma? ¿Es realmente cancerígeno? ¿Qué productos lo tienen? Qué tiene de malo?
¿Dónde encontraremos el aceite de palma?
Sin duda, es el tema de moda en las últimas conversaciones sobre alimentación, nutrición y salud.
Hemos recibido muchas preguntas sobre alimentos con aceite de palma y hoy esclarecemos la verdad y responderemos a ellas.
Por cierto, estas informaciones se saben desde hace muchos años, pero no ha sido hasta ahora que ha aparecido en la prensa.
El aceite de palma es la grasa que se obtiene:
del prensado de la pulpa del fruto de una palmera africana llamada «Elaeis guineensis» o palma de Guinea.
Esta palmera se caracteriza por su rápido crecimiento y el alto rendimiento de su fruto.
El aceite de palma es el más utilizado del mundo, por delante del de soja o el de colza.
Se ha convertido en una materia prima usada a nivel global para:
la elaboración de gran cantidad de productos de la industria alimenticia y cosmética.
La palma aceitera se cultiva en países tropicales.
Donde a menudo representa una base importante para las economías locales.
Así como una materia prima para la industria local.
Su cultivo en Indonesia y Malasia, los dos países que concentran el 85% de la producción mundial, ha tenido un fuerte impacto ambiental y social.
Otros países exportadores de aceite de palma son:
Papúa Nueva Guinea,
Colombia,
Tailandia,
Camboya,
Brasil,
México y
África occidental.
¿Por qué se utiliza en la industria alimentaria y en la cosmética?
El aceite de palma se caracteriza por tener un punto de fusión muy alto.
En otras palabras, es un híbrido de grasa y aceite vegetal que a 30 grados centígrados ya es sólido.
El aceite de palma se compone de:
un 50% de ácidos grasos saturados, sobre todo ácido palmítico y ácido esteárico; un 35-40% de ácido oleico, y
un 10-15% restante de ácidos grasos monoinsaturados.
Precisamente los ácidos grasos saturados, palmítico y esteárico, son el principal reclamo de la industria.
El primero porque es el mayoritario en el aceite de palma y porque es semisólido a temperatura ambiente.
Es un estabilizante y potente antioxidante, es decir conservante.
El segundo porque aguanta sólido hasta los 70ºC.
Ello permite usarlo en diversas industrias donde la estabilidad a alta temperatura es importante.
Se emplea mezclado con la harina para hacer pan de molde industrial que dure más tiempo tierno.
También se usa para todo tipo de aperitivos de bolsa, como patatas fritas, etc..
En su forma refinada, el aceite de palma no aporta sabor, es muy estable y no se enrancia ni oxida fácilmente.
Mantiene bien sus propiedades organolépticas cuando se eleva la temperatura.
Por lo que se utiliza en alimentos que se cocinan o preparan a altas temperaturas.
El aceite de palma tiene dos ventajas para la industria:
Más barato: 650€ /Tn de palma por 900€/Tn de girasol o 3.500€/Tn de oliva.
Su estado: sólido a temperatura ambiente proporciona consistencia y untuosidad a los alimentos.
El estado sólido a temperatura ambiente proporciona una ventaja frente a otros aceites (ej: oliva) que permanecen en estado líquido.
Para sustituirlo, se necesita otra grasa que permanezca semisólida a temperatura ambiente y hay muy pocas.
La grasa animal (manteca) o algunas grasas de origen tropical tienen un precio más elevado, por lo que no interesa a las empresas.
Estos hechos, junto con su rendimiento (produce diez veces más aceite por unidad de área que otras cosechas de semillas oleosas) y su precio, han hecho que:
el aceite de palma sea el aceite vegetal más usado en el mundo (constituye aproximadamente el 30% de la producción mundial de grasas y aceites).
ALIMENTOS CON ACEITE DE PALMA:¿DÓNDE PODEMOS ENCONTRARLO?
Lo podemos encontrar en alimentos con aceite de palma :
Cremas y coberturas en bollería:
Se derrite a mayor temperatura que el chocolate, por eso es idóneo para mantener y almacenar las coberturas, pero en la boca funde peor.
Productos para untar:
Por la cantidad de grasas saturadas que contiene y que facilitan el untado, se utiliza en:
cremas de cacao,
en margarinas y
mantequillas.
La margarina, a diferencia de la mantequilla que contiene grasa de leche animal, se convertiría en:
líquido a los pocos minutos de estar a temperatura ambiente si llevara otro tipo de aceite menos consistente que el aceite de palma.
Snacks y pasteles:
En galletas, tostadas o bollería industrial.
Como sustituto de las grasas hidrogenadas, poco cardiosaludables, y de la mantequilla o manteca, que es más cara.
Precocinados:
Se enrancia menos y su precio es bajo, por eso se usa para elaborar muchos platos de comida preparada.
Chips y aperitivos:
Aguanta más frituras que otras grasas. En España se usa en su lugar aceite de girasol o de oliva.
Además, se añade aceite de palma a muchos:
Productos cosméticos:
Desde lápices de labios a cremas hidratantes y jabones de limpieza, por las características tensoactivas del ácido esteárico.
Finalmente, en velas, donde aumenta el punto de fusión de la cera.
¿Es realmente tan malo para nuestra salud?
A pesar de su uso tan extendido en alimentos con aceite de palma desde un punto de vista nutricional no es una opción muy saludable.
El aceite de palma estaba desplazando a las grasas hidrogenadas, que se han demostrado nocivas para la salud.
No obstante, este aceite es muy rico en grasas saturadas.
Por lo que está lejos de ser una alternativa idónea desde el punto de vista del equilibrio nutricional y es preferible no abusar de él.
El motivo principal de considerarlo malo para nuestra salud lo encontramos en:
su alto contenido en grasas saturadas (concretamente en ácidos grasos saturados de cadena larga).
Como vemos en su composición, casi el 50% de las grasas del aceite de palma son saturadas.
La composición por 100 gr/ml de aceite de palma es:
884 Kcal
100 gr de grasas de las cuales:
Grasas saturadas: 49,30 gr (Ácido Palmítico 43,5 gr, Ac.Esteárico 4,3 gr, Ac. Mirístico 1,0 gr, Ac. Laúrico 0,1 gr)
Grasas monoinsaturadas: 37,0 gr (Ac. Oléico 36,6 gr, Ac. Palmitoleico 0,3 gr, Ac. Erúcico 0,10 gr)
Grasas poliinsaturadas: 9,3 gr (9,1 gr Ac. Linoleico, 0,20 gr Ac. Linolénico).
Tal y como han demostrado muchos estudios científicos, y ya hemos comentado en anteriores artículos de nuestra web:
un consumo prolongado de alimentos con aceite de palma y regular de grasas saturadas influyen de forma negativa en:
el taponamiento de arterias (aterosclerosis) y
un aumento del colesterol LDL en la sangre, lo que duplica el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares.
Es importante controlar el consumo de alimentos con aceite de palma para:
evitar problemas de salud a largo plazo, a causa de una elevada ingesta de grasas saturadas.
Como en la mayoría de las grasas saturadas con un punto de fusión alto, lo que incluye sobre todo a las lácteas y animales en general, el aceite de palma consumido en exceso supone:
un potencial riesgo de problemas cardiovasculares, es decir que es aterogénico.
El aceite de palma es un tipo de grasa vegetal adecuada tecnológicamente al alimento.
Este tipo de grasas, al tener ácidos láurico, palmítico y mirístico, tienden a:
precipitar más en el torrente sanguíneo y a acumularse en las arterias taponándolas.
Además, no son buenos transportadores del colesterol a las células para que se transforme en energía.
Con lo que aumentan en la sangre el llamado ‘colesterol malo’ o LDL, y disminuyen el ‘bueno’ o HDL.
Podemos deducir pues que el ácido palmítico es el que hace al aceite de palma poco recomendable.
Existe una recomendación expresa de limitar el consumo de grasas saturadas y alimentos con aceite de palma por:
sus potenciales efectos perjudiciales para la salud.
En especial en relación con la enfermedad cardiovascular y la obesidad.
Las recomendaciones de consumo de grasas es
que sean inferiores al 30% del aporte calórico total.
De las cuales las grasas saturadas deben constituir menos del 10%.
Ejemplo: en una dieta de 2000 kcal, 20 gramos de grasas saturadas al día.
¿Entonces, por qué está en las leches preparadas para bebés?
El ácido palmítico está presente en el aceite de palma y… en la leche materna!
En esta última supone en torno al 25% del contenido graso.
A pesar de ser una grasa saturada, también es necesaria para el desarrollo del bebé en una pequeña proporción.
Ahora bien, en función de su procedencia, el ácido palmítico tiene dos versiones:
el que procede de la leche materna es mayoritariamente β-palmitato (entre un 60 y 86%).
el de origen vegetal es principalmente α-palmitato.
Pese a tener la misma composición química presentan una pequeña diferencia en su estructura que hace:
que se comporten de manera diferente en el organismo.
La versión α, impide que se absorban correctamente nutrientes como las grasas y el calcio, además las cacas serán más duras.
Por eso, algunos laboratorios, cuando nos presentan leches infantiles para niños estreñidos, nos hacen mucho hincapié en:
que esa leche lleva el ácido palmítico en posición beta (cacas más blanditas), algunas hasta un 45%.
Los laboratorios siguen desarrollando nuevas formulaciones de leches infantiles que se acerquen aún más a la leche materna.
Y uno de los caminos es aumentar el porcentaje de β-palmitato.
A día de hoy, algunas marcas ya han conseguido que sus leches lleven hasta un 45% de ácido palmítico en posición β.
La reglamentación técnico-sanitaria específica de los preparados para lactantes y de los preparados de continuación solo expresa:
la prohibición de utilizar aceites de sésamo y algodón.
Por lo que la adición de aceite de palma no estaría incumpliendo la legislación vigente.
Conclusión-consejo: Intenta dar pecho a tu hijo el mayor tiempo posible.
¿No puedes/quieres?
Pues leche de fórmula hasta los 12 meses que indique el % más elevado de β-palmitato.
A partir de ahí leche de vaca, nada de leches de crecimiento.
¿Por qué se ha levantado la reciente polémica por los alimentos con aceite de palma ?
Porque cada vez estamos más preocupados por nuestra salud y por comer de forma saludable.
Porque queremos saber todo sobre los alimentos que consumimos.Y los alimentos con aceite de palma no son una excepción.
Además organizaciones medioambientales, como Greenpeace, han puesto el grito en el cielo con informes sobre:
la deforestación de las zonas de producción de palma aceitera como éste.
Por otro lado la reciente alerta de la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) hace referencia específica no tanto a las características nutricionales del aceite de palma, sino a:
los contaminantes generados en el proceso de refinamiento (3-MPD, glicidol y sus ésteres), revisando los límites máximos que se generan en el mismo.
Hay estudios proporcionados por la propia EFSA que:
relacionan la ingesta del ácido palmítico con la formación de células cancerosas en metástasis.
Por lo que se recomienda un bajo consumo de grasas que contengan este ácido y por ello de alimentos con aceite de palma .
En el procesamiento del aceite de palma, para eliminar su color rojizo, y mejorar su sabor y olor, se somete a temperaturas de 200ºC.
Esto supone la formación de contaminantes con carácter genotóxico y carcinogénico.
¿Podemos identificar fácilmente la presencia de aceite de palma en el etiquetado?
Afortunadamente, ahora las empresas alimentarias están obligadas a:
detallar en el etiquetado de ingredientes el tipo de grasa vegetal que emplean en sus productos.
Desde la modificación europea sobre el etiquetado (Reglamento CE nº 1169/2011, aprobado en 2011 de aplicación en Europa desde diciembre de 2014, pero que en España fue obligatorio desde el pasado 13 de diciembre de 2016 como fecha límite):
en la descripción de los componentes debe constar su procedencia.
Es decir, que cuando ponga “aceites vegetales” o “grasas vegetales”, debe indicar el tipo u origen específico del vegetal.
No es que previamente a esa fecha no se utilizaran, sino que no era obligatoria su declaración específica.
Esto ha facilitado a los consumidores el poder comprobar si lo que están comprando contiene aceite de palma o similares.
Antes estaba oculto bajo la etiqueta de ‘aceites vegetales’. Ahora se pueden detectar los alimentos con aceite de palma.
¿Es cierto que afecta al medio ambiente?
El problema del aceite de palma es el mismo que el del aceite de soja: son las 2 variedades vegetales más plantadas del mundo.
Casi siempre en enormes extensiones de explotación intensiva y especialmente en la zona de los trópicos o subtrópicos.
De USA a Indonesia, de Brasil a Camerún, extensiones de terreno se someten a este monocultivo, agresivo con el suelo.
Adicionalmente a esto, está el que su hábitat ideal sea la zona de los trópicos.
Allí es donde están las grandes extensiones de bosques vírgenes, hoy en peligro de extinción por culpa de:
los incendios provocados para plantar aceite de palma.
Especialmente sangrante es el caso de Malasia e Indonesia, que concentra el 85% de la producción mundial.
La expansión de monocultivos intensivos, como las plantaciones de aceite de Palma, especialmente en el sudeste asiático, se ha asociado:
con la deforestación de los bosques tropicales.
También a la apropiación de tierras pertenecientes a comunidades autóctonas y abusos contra sus derechos humanos.
Se vincula igualmente a la muerte de elefantes, orangutanes y tigres de Sumatra.
¿Son todos los aceites vegetales iguales?
No. Los podemos separar entre los que son perjudiciales para nuestra salud y los que no lo son.
Aceites vegetales que son ricos en ácidos saturados, y por tanto, perjudiciales:
Aceite de palma y palmiste: origen vegetal al igual que el de oliva, el de girasol o el de colza.
El aceite de palma y el de palmiste tienen ácidos grasos saturados como el láurico, palmítico y mirístico, que son perjudiciales para la salud.
En cambio los aceites de oliva, girasol o colza contienen ácidos grasos insaturados saludables.
De la parte carnosa del dátil se extrae el aceite de palma, mientras que el de palmiste procede del hueso.
Mientras que el aceite de palma tiene un 40% de palmístico, el de palmiste es rico en mirístico y láudico.
Aceite de coco: Atención también al aceite de coco porque es perjudicial para la salud, rico en ácido láurico.
Los helados suelen llevar esta grasa similar a la de palma y a la de palmiste.
Una grasa densa que proporciona cremosidad al helado.
Aceites vegetales que son ricos en ácidos insaturados, no perjudiciales:
Aceite de oliva: El virgen o virgen extra se obtiene directamente de la aceituna por procedimientos que no alteran sus propiedades naturales.
Es rico en polifenoles con alto poder antioxidante, y en ácido oleico, compuestos que favorecen a la salud.
Alimento estrella de la dieta mediterránea, aporta beneficios al organismo
Aceite de girasol: Se consume bastante, es más barato que el de oliva.
No entraña peligro para la salud, pero carece de polifenoles, que hacen que él de oliva sea más saludable.
Rico en ácidos grasos alto linoleico y alto oleico.
Aceite de colza: Es uno de los más consumidos en Europa, Canadá y USA.
Procede de la semilla de la planta de colza que se cultiva sobre todo en el norte del viejo continente.
Rico en ácido saludable oleico.
En España tiene mala fama por la manipulación que se hizo en 1981:
una partida adulterada envenenó a 60.000 personas matando a 1.100.
Aceite de maíz: Se extrae de la semilla de la planta de maíz. Es rico en ácidos saludables linoleicos y oleicos.
En conclusión, los alimentos con aceite de palma o alimentos que contienen aceite de palma son desaconsejables.
Aunque la biodisponibilidad, es decir la disponibilidad por parte de nuestro organismo, de calcio de los alimentos mencionados no es la misma que la de los lácteos…
es innegable que:
con una dieta adecuada con alimentos ricos en calcio no lácteos. se pueden tener buenos niveles de este elemento químico tan esencial.
La Intolerancia al gluten, sensibilidad al gluten, celíacos, celiaquía, son palabras y expresiones cada vez más comentadas en nuestra sociedad.
Hoy explicamos qué es el gluten,la intolerancia al gluten,la sensibilidad al gluten,la alergia al gluten.
Sus síntomas, pruebas,tratamiento, alimentación o dieta sin gluten y como identificar a los alimentos sin gluten.
Pero vayamos al principio u origen de la problemática:
¿Qué es el gluten?
El Gluten es una glucoproteína que se encuentra en cereales de consumo tan habitual como el trigo, la cebada, el centeno o la avena.
Y en otros cereales que son de consumo menos frecuente como son:
la espelta (también llamada trigo salvaje) y el triticale (cereal mezcla de trigo y centeno).
A su vez, el gluten está compuesto por otras dos glucoproteínas: la gliadina y la glutenina.
El gluten es el responsable de la elasticidad de la masa de la harina.
Lo que permite que, junto con la fermentación, el pan obtenga volumen.
Así como la consistencia elástica y esponjosa de las masas horneadas.
¿Cómo puede afectarnos el gluten?
El gluten es una proteína vegetal muy nutritiva y beneficiosa para todas las personas, pero también es algo indigesta.
El motivo no es otro que nuestro cuerpo no dispone de las enzimas necesarias para digerirlo completamente.
Y son precisamente esos pequeños pedazos no digeridos los que pueden provocar problemas intestinales.
Las personas sanas no notan malestar al tomar cualquiera de los cereales que contienen gluten.
A lo sumo una pequeña molestia que pasa una vez completado el proceso digestivo.
Sin embargo, en otras personas, esos pequeños trozos de gluten no digeridos pueden producir problemas:
autoinmunitarios (intolerancia al gluten, enfermedad celíaca),
alérgicos (como son la alergia respiratoria, la alimentaria o la de contacto) y
de sensibilidad al gluten.
¿Qué es la intolerancia al gluten?
La intolerancia al gluten es una enfermedad auto-inmunitária.
Se caracteriza por una intolerancia permanente y crónica al gluten.
La padecen personas que están predispuestas genéticamente.
Viene provocada por una lesión de la mucosa del intestino delgado que provoca una atrofia de las vellosidades intestinales.
Esta atrofia produce una inadecuada absorción de los nutrientes de los alimentos que tomamos:
proteínas,
grasas,
hidratos de carbono,
sales minerales y
vitaminas
Con los consiguientes problemas asociados para la salud.
¿ A quién le puede afectar la intolerancia al gluten?
La prevalencia de la intolerancia al gluten o enfermedad celíaca ha crecido en los últimos años.
Curiosamente, pese a que se mantiene la prevalencia de la intolerancia al gluten en la infancia.
Donde es 5 veces superior a la de la población adulta, ha dejado de ser considerada como un trastorno típicamente infantil.
Las nuevas técnicas de diagnóstico disponibles reflejan que:
entre un 20-50% de los nuevos diagnósticos en celiaquía o intolerancia al gluten se dan en mayores de 50 años.
La intolerancia al gluten puede aparecer a cualquier edad de la vida, y afecta más a mujeres que a hombres.
Por cada celíaco hay dos celíacas.
En este sentido, la mayor incidencia se registra en mujeres entre 30-40 años.
Aunque el 20% de los pacientes supera los 60 años en el momento del diagnóstico de la intolerancia al gluten.
Los estudios revelan también que la intolerancia al gluten es una enfermedad infradiagnosticada.
Un 10% de la población española la padece, y el 9% de estos afectados no lo sabe.
Esto convierte a la intolerancia al gluten en la enfermedad crónica intestinal más frecuente en nuestro país.
Además, su componente genético justifica que pueda haber más de un paciente celíaco dentro de una misma familia.
A pesar de ser la intolerancia al gluten la forma de sensibilidad al gluten más estudiada y mejor conocida..
todavía hoy 6 de cada 7 celíacos están sin diagnosticar.
Síntomas de la intolerancia al gluten:
diarrea crónica,
hinchazón abdominal,
estreñimiento,
náuseas y vómitos,
anemia,
debilidad generalizada,
erupciones cutáneas,
estreñimiento,
dolor de cabeza,
alteraciones del esmalte dental,
raquitismo,
fracturas espontáneas
¿Qué es la alergia al gluten?
La alergia al gluten afecta a una proporción muy baja de la población y puede desarrollarse a cualquier edad:
desde el lactante hasta el adulto.
Se produce por una respuesta inmunológica de hipersensibilidad inmediata.
Su modo de presentación es muy diverso.
Desde un simple sarpullido alrededor de la boca hasta un grave cuadro de choque anafiláctico.
A diferencia de otras afecciones relacionadas con el gluten, como la intolerancia al gluten, los síntomas de una alergia al gluten son:
de inicio brusco, a los pocos minutos de tomar el alimento, pudiendo desencadenar una situación clínica grave de forma rápida.
Síntomas de la alergia al gluten:
vómitos,
dolor abdominal,
diarrea,
sangrado digestivo,
asma,
tos,
laringitis,
rinitis,
conjuntivitis,
urticaria,
edema o inflamación,
dermatitis atópica,
reacciones de anafilaxia
¿Qué es la sensibilidad al gluten?
Es una enfermedad de nuevo diagnóstico que guarda una muy estrecha relación con la intolerancia al gluten o enfermedad celiaca.
Los pacientes con sensibilidad al gluten no pueden ser calificados como intolerantes o alérgicos.
Sin embargo esta proteína les hace enfermar.
Sus síntomas son muy parecidos a los de la intolerancia al gluten y comparte algunos con la alergia al trigo.
Por lo que la precisión en el diagnóstico es fundamental.
El mayor problema de la sensibilidad al gluten es:
que hay muchos pacientes que la padecen pero que no la tienen diagnosticada y sí que sufren todos sus síntomas.
Según se desprendió del XVI Simposio Internacional de la Enfermedad Celíaca celebrado en Oslo en 2011.
1 de cada 17 personas es sensible al gluten, cifra que supone que el 6% de la población tiene esta patología.
Y en muchos casos está sin diagnosticar.
Síntomas de la sensibilidad al gluten:
dolor persistente en la zona abdominal,
diarreas frecuentes,
eccemas o erupciones en la piel,
dolor de cabeza,
fatiga y confusión,
estreñimiento,
náuseas y vómitos,
anemia,
adormecimiento o dolor de las extremidades,
hinchazón abdominal
¿Cómo diagnosticar la sensibilidad al gluten?
El diagnóstico es clave a la hora de poder tratar a los pacientes con sensibilidad al gluten.
Ciñéndose exclusivamente a los síntomas es muy difícil de diferenciar de la intolerancia al gluten o la alergia al gluten.
A pesar de que hay un mayor número de manifestaciones que no son digestivas:
dolores de las extremidades,
adormecimiento de brazos o pies,
fatiga
Estudio genético: a través de un análisis de sangre o muestra de saliva se puede conocer:
si el sujeto es portador de los genes que se asocian con la enfermedad celíaca o con la sensibilidad al gluten.
Estudio inmunológico: es una prueba fundamental que sirve para saber si:
el paciente genera anticuerpos que reaccionan contra el gluten y le hacen enfermar.
Esta analítica debe incluir los marcadores serológicos propios de la enfermedad celíaca.
Pruebas cutáneas: imprescindible para saber si el paciente presenta una reacción alérgica.
Se incluyen inhalantes y alimentos incluyendo harinas, gluten y gliadina.
Se realizan en la piel del antebrazo.
Aplicando una gota de los diversos alérgenos y realizando una pequeña punción con una lanceta.
Además, los resultados se obtienen en un tiempo récord de 15 minutos.
Las pruebas y estudios confirmaran o no si tenemos intolerancia al gluten
Endoscopia intestinal: esta prueba se realiza para observar el intestino delgado superior.
El paciente siempre está sedado para que no sea molesta ni dolorosa.
Es en esta zona donde se observa si hay daños o lesiones provocadas por el gluten.
Cápsula endoscópica: muy útil para hacer un estudio completo del intestino delgado.
Así puede conocer qué parte es la que está más afectada por la enfermedad.
Biopsia intestinal: La biopsia se realiza durante la endoscopia digestiva cuando se detecta tejido lesionado.
Es entonces cuando se toma una muestra, que es analizada por un especialista en anatomía patológica.
Por tanto el paciente, no tiene que someterse a una nueva prueba.
En unos días obtiene los resultados que le confirmarán qué enfermedad tiene.
Si quiere realizar alguna de estas pruebas comentadas y saber si tiene alergia o intolerancia al glúten u a otro alimento:
consulte en el cuadro médico de su seguro de salud los alergólogos que tiene a su disposición cerca de usted.
Tratamiento
Según el trastorno relacionado con el gluten que padezca el individuo:
los especialistas indicarán el tipo de tratamiento más conveniente.
En el caso de la alergia y la intolerancia al gluten, la dieta de evitar alimentos con gluten es esencial.
Tomar una alimentación sin gluten, con alimentos sin gluten en nuestra dieta como por ejemplo:
Usar harinas y almidones de maíz o arroz en lugar de procedentes de trigo, cebada, avena, centeno, etc..
En el caso concreto de la sensibilidad al gluten y dado que no se ha identificado un marcador biológico específico de este trastorno:
el tratamiento ayudaría a confirmar este diagnóstico y consiste en:
dietas de eliminación con posterior reintroducción, observándose los cambios clínicos ocurridos en ambos períodos.
Identificación de productos sin gluten para celíacos
Al estar presente en los principales cereales utilizados en nuestra alimentación, los alimentos que NO contienen gluten (Sin Gluten o Gluten Free) son etiquetados como tal.
Se usa el símbolo de una espiga barrada y/o el logo de certificación FACE -Federación de Asociaciones de Celíacos de España- con una espiga de color verde .
Puesto que con ello se pretende evitar problemas en personas que tengan alguna patología relacionada con esta glucoproteína.
Como pueden ser la intolerancia al gluten o enfermedad celíaca o la sensibilidad al gluten.
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El Nutricionista en Casa
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